GALA DEL DB5: 11/02/11

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Posted by DB5 | martes, 25 de enero de 2011 | 5 comentarios

Título: “El reloj del crimen”

Director: Lalo Martín


Género: Cortometraje - Thriller

Elenco:
Maribel Verdú – Berta
Belén Rueda – Marcela
Pablo Echarri – Alfredo, el detective
Núria Espert – La anciana

Sinopsis:
Marcela es una mujer en busca de su pasado, algo que la llevará a encontrar a Berta, una periodista con la que coincide en la casa que el detective que contrató le dijo que era de sus abuelos. Será aquí donde salga a la luz una trama de la que sólo una podrá salir con vida.


Argumento:
- Hola, estoy buscando esta casa – le dice Marcela mientras le señala el papel en el que tiene anotada la dirección – y como no vivo aquí, y no conozco, pues...
- ¿Ve esa casa? ¿La del ventanal que funciona como un reloj? – le pregunta la anciana señalándole la casa que ya había tenido delante Marcela.
Marcela asiente con la cabeza y la anciana:
- Pues es esa, muchacha, pero no deberías ir.
- ¿Por qué no? – pregunta intrigada.
- Porque esa casa... esa casa... está maldita – le termina susurrando.
- Yo no creo en esas cosas.
- Pues deberías creer, porque cuando se habla de ello, es por algo. Y ya se sabe, que sabe más el diablo por viejo, que por diablo.
- Muchas gracias por todo.

Marcela se encamina hacia la casa y, con solo girar la manilla el portal se abre. Una vez dentro, sigue el camino de piedras y observa que, a pesar de llevar deshabitada un montón de años, el jardín está limpio y cortado. Sigue andando y llega hasta la puerta principal, pero ésta está cerrada, así que decide dar una vuelta por el jardín hasta la puerta de atrás que, aunque estaba algo atrancada, con un ligero golpe, logró abrirla y entrar en la casa por la cocina. Evidentemente estaba muy sucia y, a diferencia del exterior, todo muy desordenado.
- Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa – grita asustada y echa a correr ante la aparición de una rata. Entra en la primera habitación que encuentra y cierra la puerta. Al girarse y con la respiración agitada, se da cuenta de que era un dormitorio, y de una mujer, puesto que tenía un tocador lleno de cosméticos, adornos y perfumes varios con una silla delante.

Ya estaba más calmada y entonces decide seguir investigando la casa pero, al querer abrir la puerta, ésta no se abre, a pesar de los esfuerzos de Marcela.
- Maldita sea. ¿Por qué no se abre? – se decía a si misma mientras el desasosiego que sentía en ese momento provocó que le diera un ataque de asma, algo que ya hacía años que no le pasaba. Para su desgracia no llevaba encima el inhalador, así que se sentó en la cama y se puso a inspirar y expirar profundamente.

Habían pasado unos minutos y ya estaba mejor cuando sintió un ruido al otro lado de la puerta, algo que la hizo quedarse paralizada y con el oído más pendiente que nunca hasta del más mínimo sonido, hasta que la puerta fue golpeada por fuera y empezó a abrirse. A Marcela se le abrían los ojos como platos y cogió rápidamente un paraguas que había en una esquina.
- ¿Quién eres tú y qué haces aquí? – le preguntó Marcela a la mujer rubia que abrió la puerta.
- Yo soy Berta, y pasaba por delante cuando escuché un grito, así que decidí entrar – le respondió.
- Pues menos mal, porque no me abría la puerta.
- Bueno, eso ya da igual, el caso es que ya está abierta.
- Eso es cierto.
- ¿Y cómo te quedaste encerrada? ¿qué haces en esta casa abandonada?
- Pues resulta que me enteré hace unos meses que fui adoptada, así que decidí buscar a mi familia biológica a través de un detective, que me dijo que esta casa había sido de mi abuela – le contó Marcela mientras iban andando por los largos pasillos llenos de espejos que tenía la casa.
- ¿Y cómo te enteraste? ¿Por qué no les preguntaste por tu familia biológica? – preguntaba Berta.
- Vamos al segundo piso – inquirió Marcela, para a continuación responder las preguntas de Berta - Ya me hubiera gustado, pero no tenía a quién preguntarle... me enteré por casualidad, al encontrar mi partida de nacimiento.

Marcela seguía contándole cómo había llegado hasta allí cuando vio algo que le impresionó: una foto en la que salía Berta. A pesar de la impresión, pudo disimular y que Berta no se diera cuenta de lo que acababa de ver.
- Bueno, cuéntame algo de ti, como ¿qué haces por aquí?
- Nada en especial, simplemente fui a casa de una amiga que se tenía que ir a trabajar y le quedaba bien dejarme aquí, y así ya estaba más cerca de mi casa.

Marcela cada vez estaba menos a gusto revisando la casa y más nerviosa, algo que se empezaba a notar en su respiración.
- ¿Te pasa algo? Estás como nerviosa, angustiada… - le intentaba sonsacar Berta.
- ¿Algo? Tú no estás aquí por casualidad. Te vi en una foto en aquel cuarto – gritó Marcela.
- Muy aguda, y tienes razón, aunque la de la foto no soy yo, es mi abuela. Pero eso da igual – respondió Berta con una sonrisa en la cara.
- Yo me largo de aquí…
- Tú no te vas a ningún lado. No pienses que he pasado tanto trabajo para traerte hasta aquí, como para dejar que te vayas como si nada.
- ¿Qué tú me has traído? ¿Te has vuelto loca?
- No, querida. A ver, te cuento: Yo hablé con Alfredo, que es íntimo amigo mío, y como me comentó que tenía muy pocos datos y los que tenía tampoco eran suficientes para llegar a ningún resultado, pues yo le dije que te diera esta dirección.
- ¿Para qué? ¿Qué ganas con tenerme aquí? ¿Y cómo supiste que ya estaba aquí? – pregunta Marcela con una mezcla entre intriga e indignación.
- Muy sencillo. La anciana que hay a unos pasos, ¿la recuerdas? Pues está muy feliz con lo que le pago para que me informe si alguien entra. ¿Y qué gano? Déjame pensar…
- Claro, tú entraste por la puerta principal, por eso escuché ese ruido.
- Muy lista.
- Tenía que haberme dado cuenta antes.
- Pues sí, pero no te diste cuenta antes. ¿Qué le vamos a hacer?

En ese momento Marcela echa a correr, intentando escapar, pero Berta lo evita empujándola, por lo que Marcela queda inconsciente.
- Es una lástima que quieras escaparte, pero qué le voy a hacer… de todos modos tienes que morir.

Berta baja las escaleras que dan lugar al recibidor, en el que hay un mueble sobre el que dejó su bolso al entrar. Lo abre, mete la mano y saca de él un gran cuchillo de cocina. Acto seguido sube hasta donde está el cuerpo inconsciente de Marcela y la apuñala a sangre fría, y la deja situada estratégicamente de acuerdo a sus planes.

Al día siguiente, y a la hora indicada por Berta, la anciana da la voz de alarma, asegurando haber visto entrar pero no salir a una mujer. Al entrar en la casa, la policía se encuentra el cuerpo sin vida de Marcela iluminado por el ventanal del reloj, algo que nada más saberse en la zona, acrecienta el mito acerca del “reloj del crimen” y que ya hacía años que nadie mencionaba.

Con la conmoción creada por este hecho, el libro de Berta titulado “El reloj del crimen” tratando dicho mito, y que había sido publicado 4 meses atrás sin ninguna repercusión, ahora se veía de máxima actualidad y con un espectacular incremento de ventas ante el morbo generado en la gente.

Con este éxito, Berta acudió a un centro comercial a firmar ejemplares.
FIN

Anexo:
·        A medida que se escucha la narración de Berta, se van viendo las escenas correspondientes.
·        En la firma de ejemplares, la cámara empieza enfocando cerca de la mesa, de manera que se puede ver la dedicatoria, para después irse alejando paulatinamente. 

5 Responses so far.

  1. Bueno, hay que ver que tiene una idea bien interesante y las dos protagonistas están bien en sus personajes, pero creo que faltó cierta profundidad en la historia y agregarle uno que otro detalle...
    Felicidades!

  2. Chauncey says:

    Bueno, se me hizo muy comun a excepcion del final que es bueno.
    Buen motivo para matar a alguien.

    Pero como que está muy corta, tendrias que trabajar un poco mas en el desarrollo pero la idea general me encanto.

    Suerte

    CHAUNCEY WAS HERE

  3. Anónimo says:

    menudo cambio de registro para maribel verdú... me la imagino y quiero másssssssssssssss... con un poco más de desarrollo hubiera ganado mucho... me ha gustado mucho el póster y el reloj por encima... xk supongo k es un reloj

  4. ¡Qué diabólica! Ese enfrentamiento entre Rueda y Verdú me recuerda que ambas no han coincidido en ninguna película y deberían. Me gusta sobre todo el tramo final. Tiene todas sus nominaciones merecidas. Saludos y suerte!

  5. Maravilloso encuentro entre ámbas féminas. Repito algo que ya he comentado, los cortos me dejan con ganas de más. Quizá en una pantalla, el efecto sorpresa que se busca podría quedar disminuído, nada que un retoque de tres líneas no componga hehehe.
    Felicitaciones!

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