GALA DEL DB5: 11/02/11

México: 19 Hs
Perú: 20 Hs.
Ecuador: 20 Hs.
Venezuela: 20:30 Hs.
Argentina: 22 Hs.
España: 1Hs (12/2)
Posted by DB5 | martes, 11 de enero de 2011 | 9 comentarios


Título: Je ne regrette rien (no me arrepiento de nada)

Director: Xavier Vidal de las Heras. España.


Género:  Thriller dramático

Clasificación: No recomendada para menores de 16 años.
  
REPARTO:
PROTAGONISTA: VINCENT CASSEL es Vin

REPARTO PASADO:
JAMES GANDOLFINI es James, el jefe
VIRGINIE LEDOYEN es Virgie
MATHIEU AMALRIC es Mat
JOHN LEGUIZAMO y ROMAIN DURIS son Los hombres de James

REPARTO PRESENTE:
NIELS ARESTRUP es El propietario de la chatarrería
TAHAR RAHIM es Tartaja
ELLE FANNING es Édith

SINOPSIS: La historia de Vin, un tipo sin suerte, durante trece años: desde 1997 hasta 2010. Un chico rebelde que cometió un error. Fue engañado y estuvo en la cárcel. Ahora pide una segunda oportunidad y también venganza… Al final de su periplo, sólo podrá decir que ‘je ne regrette rien’, que no se arrepiente de nada.

España, Francia, 2010. 

Escenario: Marsella (Francia)

Canción/Leitmotiv de la obra: NON, JE NE REGRETTE RIEN, de Édith Piaf  http://www.youtube.com/watch?v=jz18Wly0w6s
No tiene banda sonora




PRÓLOGO
1.
Tras los títulos de crédito, vemos cómo se enciende una cámara de vídeo antigua. Una luz roja parpadea mientras empieza a grabar. En el margen inferior de la imagen, leemos la fecha: 2 de diciembre de 2010, 5:30 P.M. La cámara se mueve por momentos, pero pronto se queda fija. En la silla que enfoca la cámara se sienta Vin (Vincent Cassel), un hombre alto, delgado y con un rostro lleno de magulladuras. Lleva una chaqueta negra de cuero. La cámara sólo enfoca la parte superior de su cuerpo. La imagen se centra en su cara. Empieza a hablar mientras Vin nos mira:
-          Hola Édith… sé que no me conoces, pero debes escucharme muy atentamente. Pronto oirás ruidos en la planta inferior de tu casa. Si oyes disparos, no te asustes. Hazme caso. Por favor, Édith, es muy importante. Cierra la puerta del cuarto y no salgas bajo ningún concepto. Tampoco dejes entrar a nadie, ¿de acuerdo? Tengo muchas cosas que contarte, así que quédate aquí y mira la cinta. Éste será nuestro pequeño secreto… Mi historia, que también es tu historia, querida, empieza aquí…

Fundido a negro. Se sobreimprime el título de la película:
JE NE REGRETTE RIEN
(NO ME ARREPIENTO DE NADA)

2.
La imagen vuelve a mostrarnos a Vin, esta vez aún más magullado que antes. Tiene la cara pálida y viste un traje naranja. Camina por un pasillo largo mientras un guardia (Mat Dillon) vigila cada uno de sus pasos. Vin camina y se acerca hacia la cámara, pero el guardia le da una indicación:
-          La sala de visitas es por aquí a la izquierda, Vin.
Vin asiente en silencio y gira. En ese momento vemos la parte trasera de su traje, en el que aparece dibujado el logo de ‘Cárcel de Marsella’. Vin lleva las manos esposadas.

Se oye un sonido mecánico. Un dispositivo automático se abre y Vin, ya sin las esposas, entra en una de las salas de visita. Se queda recto, erguido, sin decir nada, asombrado. Al otro lado del cristal está James (James Gandolfini), un hombre gordo con una sonrisa socarrona. Ambos se desafían con la mirada. Finalmente, James mueve el teléfono de forma irónica y Vin se sienta. Coge el teléfono y mira a su visita.
-          ¿Qué coño haces tú aquí?- dice Vin, mirando a James con expresión de asco.
-          Empezamos mal, chaval. La primera vez que nos conocimos me tratabas de ‘señor’, ¿no te acuerdas’- sigue James, tan irónico como antes.
-          Dejé la educación fuera de la cárcel. Y más con ratas como tú.
-          Seré una jodida rata, imbécil, pero tú estás al otro lado del cristal, y no yo. Por algo será.
-          Todo esto es por tu culpa…- a Vin se le encienden los ojos. Habla al auricular con violencia y expulsa gran cantidad de saliva.
-          Bueno, vamos a calmarnos. Soy tu única visita en tres años, así que no estás en condiciones de hablar así.
-          ¿Y Virgie?
-          ¿Mi hija? Esa zorra murió. La palmó el mismo día que entraste tú en este antro de mierda.
-          ¿La mataste, verdad? Eres un hijo de…
-          No hubiera sido capaz de matar a sangre de mi sangre. Soy un mafioso, Vin, pero no soy tan retorcido. Se enteró de todo. Supo que sabía de vuestra relación. Se enteró del plan que había urdido para meterte en el trullo, incluso de su embarazo… vaya, todo. La muy zorra salió tan lista como su padre. Ahora ya está en el cortijo de los callados. Pero no desesperes: tú serás el próximo.
-          Te juro que si algún día salgo de aquí, te mataré. A ti y a todos tus compinches. Uno por uno, con mis propias manos- Vin empieza a llorar.
-          Venga, Vin, no te tires un farol… Estás tan delgaducho que ni matarías a una mosca. ¿Cómo podía permitir que una mierda como tú se fuera con mi hija, eh? Te invité a formar parte de mi familia, no a follarte a mi hija. Me traicionaste y te pudrirás entre rejas. En esta película yo no soy el malo, Vin. Eres tú.
-          ¡Te MATARÉ, cabrón!
Ante los ruidos, el guardia de antes entra en la sala. James sigue hablando.
-          ¿Nunca te has preguntado por qué te metieron en tu puñetera celda sin hacerte preguntas? ¿Por qué la policía no te interrogó? ¿Por qué nunca te escucharon y nunca te creyeron?
-          Porque tienes contactos entre los de la pasma…
-          Eres listo, chaval. Ahí fuera tengo a los hombres necesarios para acabar contigo…
-          ¡TE MATARÉ, malnacido! Y Édith, seguro que sobrevivió. Dónde está. ¡ÉDITH!- grita Vin, esta vez ya fuera de sí. De la furia, empieza a babear y golpea el cristal que lo separa de James con el teléfono. James se queda riendo mientras observa la escena. En el cristal aparece la primera grieta, y en el momento que Vin va a coger con su mano el cuello de James, el guardia inmoviliza al preso. Varios vigilantes irrumpen en la sala, muestran sus porras y esposan al reo. La mano de Vin empieza a sangrar por la zona de los nudillos. Ya maniatado de manos y pies, Vin mira al techo y observa la cámara de seguridad que ha grabado la escena. El prólogo acaba con las imágenes de la cámara en blanco y negro. Vemos cómo James se va y cómo los carceleros llevan de vuelta a Vin a su habitación. El habitáculo se queda vacío y se lee en el margen inferior de la imagen: 3 de diciembre del 2000, 6 P.M. Zumbido a negro.




PARTE 1

1.

Vin está fumando un pitillo. Está en la calle. Cada una de sus respiraciones se convierte en un vaho que, junto al humo, envuelve la silueta de Vin en la oscuridad. Mira su reloj, se retoca su sombrero y se tapa con una gabardina larga de color marrón. Aparece un coche. Se sobreimprime un rótulo:

3 de diciembre de 1997, 11 P.M.

Del vehículo sale James, que fuma un puro largo y viste igual que Vin. De la parte trasera del auto salen dos hombres (John Leguizamo y Romain Duris), que escoltan a James mientras éste se va para hablar con Vin.
-          ¿Estás seguro que quieres realizar la entrega?
-          Absolutamente- responde Vin mientras lanza la colilla a la acera.
-          ¿Te has asegurado que nadie te espiase o siguiese hasta aquí?
-          Claro, nada  ni nadie.
-          ¿Sabes que son 40 kilos de nieve? Es muy arriesgado…
-          Sí, jefe James. Enviaré la cocaína a la dirección que me ha indicado y volveré con el dinero al amanecer. No tiene por qué preocuparse.
James se queda mirando a Vin con una sonrisa de oreja a oreja.
-          Muy bien, chaval- sentencia James, a la vez que da una palmadita en la espalda a Vin. – Tienes la droga en el maletero. No dejes huellas y conduce con cuidado. ¡Ah! Sólo te falta esto…- James saca de su bolsillo las llaves del coche.
James tira las llaves a Vin, un movimiento que deja al chico desprevenido. James tiene un semblante amenazante que asusta. Ya con el llavero en la mano, abre la puerta, sube al coche y deja su pistola en el asiento del copiloto.
-          ¡Nos vemos, jefe James!
El coche arranca y, cuando Vin ya está a veinte metros de los mafiosos, James habla en voz baja.
-          Sí, chaval. Nos vemos en el infierno…
El coche se pierde en el horizonte. Los tres hombres caminan por la acera en dirección desconocida.
-          Chicos, en marcha.
-          ¿Pero sabe lo que está haciendo, jefe James? Va a traicionarlo- habla en castellano mexicano uno de sus hombres (John Leguizamo).
-          Non capisco niente. ¿Ma sei sicuro di tutto questo…?- empieza el otro hombre en italiano (Romain Duris), que, como su compañero, viste traje, camisa blanca y corbata negra.
-          ¡Callaros, pelmas!- grita autoritario James en francés. – Mat está al corriente de todo. No tenéis de qué preocuparos. Nunca más volveréis a ver a ese cabrón. Ahora a callar. Quiero ver a mi hija Virgie. Lo de los micros ha sido una gran idea, chicos. Vamos a su casa…

La cámara rompe la escena. Ahora vemos a Vin conduciendo en mitad de la noche. Enciende la radio, y del transistor oímos la canción Non, je ne regrette rien de Édith Piaf. Vin entra en lo que parece un almacén. La cámara se sitúa dentro del garaje y a medida que la puerta automática va subiendo vemos el coche y Vin al volante. De repente se ven unas luces rojas y azules. La puerta ya está abierta y vemos como un agente de policía (Mathieu Amalric) se acerca a la ventanilla del conductor.
-          Buenas noches, señor.
-          ¿Algún problema, agente?- pregunta Vin, visiblemente nervioso.
El agente se quita sus gafas de sol y observa el arma que Vin había dejado en el asiento continuo.
-          Señor, tendrá que bajar del vehículo, darme el arma y abrir el maletero- su expresión es seria.
-          ¿El maletero?
-          Sí, el procedimiento habitual, ya me entiende.
-          Identifíquese.
-          Soy el agente Mat Amal. Puede chequear mis acreditaciones cuando quiera. Ahora obedezca y baje del vehículo…
Vin resopla. No tiene opción. Baja del vehículo. Ya en la calle, observa el rostro del policía, que recibe la luz intermitente del coche patrulla.
-          Espere un momento… Usted es Mat. Hace pequeños trabajos para el jefe James. Yo soy…
-          Déjese de charla, abra las piernas y ponga las manos en el capó- sigue el agente, más arisco que nunca. Mat abre el maletero y Vin obedece. Hace frío y el protagonista nota la brisa del mar de Marsella, que mueve su pelo negro. Le empiezan a llorar los ojos.
-          ¿Y esto?- vuelve Mat, que tira en la cara de Vin parte del polvo blanco que ha encontrado en la parte trasera del auto. – Señor Vin Cassel, queda detenido por tenencia de sustancias ilícitas y posible tráfico de droga…
-          Pero no puede ser, si usted…
-          … Tiene derecho a un abogado de oficio. Mañana mismo será procesado a la cárcel más cercana…
-          ¡NO!
-          Vin, ¿ves ese coche? Hay un compañero con una pistola. No puedes escaparte…

La escena acaba dentro del coche patrulla. Allí, un agente observa la escena. El coche policía tiene una cámara que graba lo sucedido, la misma que podemos ver desde el cristal delantero del coche. En blanco y negro, desde la cámara, vemos cómo Mat esposa a Vin, y como éste, al ofrecer resistencia, es arrastrado a gatas por el pelo hasta el vehículo de las autoridades. Se abre la puerta del auto. Fundido a negro.




2.

Se vuelve a abrir una puerta. En esta ocasión, una larga verja de hierro roído, una estructura corredera que va moviéndose lentamente. Vemos a Vin con la misma ropa de la anterior escena, aunque la gabardina está más vieja y sucia. Sostiene en su mano una pequeña bolsa de plástico. La puerta se abre por completo.
-          Hoy es el día, Vin. 3 de diciembre de 2007. Todo por buena conducta… Quedas libre- dice el carcelero (Mat Dillon), mientras Vin, que tiene la cara hinchada, los labios cortados, un ojo morado, la nariz llena de mocos congelados y sinfín de heridas y tatuajes escondidos por la ropa, camina en línea recta. La puerta vuelve a iniciar su mecanismo, esta vez para cerrarse, y poco a poco vemos alejarse el cartel que preside el edificio: ‘Prison de Marseille’.
Vin camina. Todo el paisaje está nevado. Se encuentra a las afueras de la gran ciudad. No sabe a dónde ir. A lo lejos, observa varias fábricas con sus chimeneas humeantes, la silueta de lo que parece una zona de ocio y una chatarrería. Bambolea la bolsa con los pocos objetos que conserva y entra en la chatarrería. Allí se encuentra a un hombre mayor (Niels Arestrup), de pelo canoso, con unas gafas viejas. Está seleccionando chatarra, trastos, metal y objetos que corren por una cinta transportadora que lleva a una pequeña caldera a modo de incineradora. A fuera vemos el viento correr entre torres de coches usados, montones de ruedas, jeringuillas usadas, gatos y perros abandonados rastreando entre la maleza y varias excavadoras apagadas. Al final decide hablar.
-          Bonjour, Monsieur.
El hombre quita la mirada de la máquina y mueve la cabeza. Se quita las gafas de cerca. El hombre ofrece la imagen de un abuelo ermitaño.
-          Buenos días, usted dirá…
-          Bueno… si le soy sincero no tengo a dónde ir, así que me preguntaba si tenía algún trabajo para mí…
El hombre, sorprendido, apaga la máquina y cruza sus brazos en señal de atención.
-          Estoy dispuesto a hacer lo que quiera. No cobraré nada. Puedo dormir entre los coches si es preciso…- sigue Vin.
-          ¿Te pinchas?
-          ¿Cómo?
-          Si eres adicto a la heroína… todos los que han pasado por aquí lo eran y no quiero problemas…
-          Me pinchaba, señor. Pero ya no. Quiero una segunda oportunidad. No soy un mangante ni un drogata. Observe…- en ese momento, Vin sube la manga del jersey y muestra al hombre su brazo, sin ninguna marca de jeringuillas.
En ese momento aparece en escena Tartaja (Tahar Rahim), que sostiene una caja llena de hierro viejo.
-          Tartaja, lleva a este señor al almacén y que empiece con las piezas de los coches. A partir de hoy dormirá en tu choza…
-          ¿Cococómmmo?- responde Tartaja, tartamudeando.
-          Lo que has oído. Este primo mío es un imbécil. ¡Venga, a trabajar!
Acto seguido el hombre mayor acciona la máquina. Vin y Tartaja se quedan mirando unos segundos. Trataja le dice ‘ven’ con la mano…

Los dos hombres están en lo que parece una nave industrial. El techo es una capa fina de plástico llena de agujeros, así que Tartaja y Vin remueven la chatarra con guantes y gorros. Un termo de café preside el despacho, que se sitúa en uno de los rincones de la sala. El suelo está lleno de cintas de vídeo viejas.
-          Así que ese hombre es tu tío…-empieza Vin, que intenta ser amable.
-          Ssssí, ppero no me trrrata dmasiado bien. Dice que soy un rrretrasssado…
-          No lo creo. Eres tartamudo, no tonto.
-          Él me ha ccuiddado desde siempre. Llevo aquí metido qqquince años, y tengo veintiuno.
-          ¡Pues si eres un crío! ¿Por qué no buscas trabajo en la gran ciudad?
-          ¿Y pppor qué tú no quieres tttrabajar en la ciudad?
-          Bueno, no quiero volver a Marsella. Prefiero estar aquí y ver la ciudad desde la ventana. Demasiados recuerdos.
-          Ttttodo lo pppeor está fuera de las ggrandes ciudades. Las fábricas, los vvvertederos. Incluso los cinnnes y los discotecccas, porque hacen demmmasiado ruido. Las chatarrerías también. Y los cementerios. Yyyyo soy malo, así que no pppueddo ir a la ggran ciudad.
-          ¿A ti te gusta el cine?
-          Mmmmuchhhho. ¿Sabes que los VHS son tttóxicccos? La gente nnno lo sssabe y los tttira a la basssura normmmal. Pero hay algunos que traaaen sus cintas aquí, para recccciclar. Yo las veo antes de ttttirarlas…
En ese momento suena una sirena estridente. A fuera no hay luz y el hombre mayor, sentado en el despacho, empieza a recoger sus bártulos.
-          Bueno… ¿Dónde está tu cabaña?

Vin y Tartaja caminan entre los coches destruidos. Sin electricidad, el lugar parece fantasmagórico. La llama de un mechero permite ver las caras de los hombres.
-          ¿Qqqquierres un porrro? A medias, tú y yo. Me ccaes bien. Es una ffforma de darte la bibibienveninida.
-          Acepto…

Mientras fuman, los hombres llegan a un habitáculo que se encuentra al final del patio. La estructura, inestable y destartalada, consiste en cuatro plafones de plástico duro. Algunos muebles antiguos y un colchón sucio en el suelo, que en verdad es el mismo fango del exterior.
-          Esssta es mi casa. ¡La he hecho yyyo! Soy un manitas. ¿Ves ese microondas? Lo arregléee yo. También la tele y el vídeo… Creo que tendrás que dddormir en el suelo…
-          No importa- contesta Vin, que se sienta en un sofá viejo. Observa la estancia con asombro. Un poster de Kill Bill Volume 1 decora la pared que da a una cocinilla eléctrica. En el suelo encuentra una pistola, un arma muy parecida a la que llevaba el día de su detención. Tartaja vigila a Vin…
-          También tengo rrrifles, bbbalas y perdigooones, si quieres. Te sorprenderías de lo que la gente puede llegar aaaa tirar…
Tartaja se sienta al lado de Vin y enciende la tele. En el aparato, aparecen los fotogramas de la boda que abre las escenas iniciales de El padrino. Vin despega la vista de la televisión vieja y observa un vídeo y una videocámara. La cámara está abierta y se difuma entre los objetos de la chabola. La primera parte acaba con las imágenes en blanco y negro de la cámara vieja. Tartaja come de una lata con un tenedor de plástico y Vin empieza a llorar. Fundido a negro.








PARTE 2

1.

Vemos a Vin con la gabardina de la primera escena de la parte 1. Recorre una calle de piedra y llama a un timbre. En ese momento, esconde su pistola en el abrigo. Sostiene una caja de cartón. Se quita las gafas de sol. Al abrir la puerta, Vin ve a Virgie (Virginie Ledoyen), a quien saluda con un beso en la boca. La puerta se cierra. Se sobreimprime un letrero:

3 de diciembre de 1997. 8’30 P.M.

Ya dentro de la casa, Virgie va a la cocina a acabar de preparar la cena. Vin se queda anonadado revisando cada rincón del salón de la casa. Todos los objetos están metidos en cajas de cartón y las paredes, salvo por algunos objetos y  muebles, están vacías.
-          Bueno, ¿qué traes en esa caja?- grita Virgie, entusiasmada, desde la cocina.
-          Un regalo… Veo que ya has hecho el equipaje…
-          Pues claro- sigue Virgie, ya en el salón, con dos platos de pasta y sopa que deja en la mesa del comedor.
-          Es una videocámara- dice Vin, ya sin la gabardina y con zapatillas cómodas, al mismo tiempo que abre el regalo. – Quiero grabarte cada día y ver cómo te crece la panza. También quiero grabar a nuestra pequeña Édith…
-          Aún estoy de cinco meses. Aún ni se me nota. Te recuerdo que mi padre no sabe nada.
-          Ni lo sabrá. Tu padre me ha dado una entrega para esta noche. Cocaína. Un porrazo de gramos.
-          Pero Vin… ya lo habíamos hablado. Tenemos que irnos antes de que mi padre nos encuentre. No tenemos tiempo. James… ya lo conoces.
-          Virgie, escúchame. Como esto y me voy. Volveré hacia medianoche. Nos quedaremos el coche y el dinero que me den por la mercancía. Con eso podremos empezar una vida nueva, lejos de trapicheos, lejos de tu padre y lejos de Marsella.
-          Está bien. Aún tengo que hacer algunos paquetes. No te demores…
La pareja empieza a comer. De repente, Virgie se levanta y enciende un tocadiscos. Empieza a sonar Non, je ne regrette rien.
-          Recuerdas, nuestra canción. Con la que nos conocimos… Ven a bailar…- Virgie, levantada, anima a Vin, que deja la cuchara y abraza a su novia.
-          Prometo que nunca te abandonaré. Aunque tenga que recorrer toda Francia…- susurra Vin al oído de la chica. Los dos, acurrucados, mueven sus cuerpos al ritmo pausado de la música.
-          ¿Y si mi padre se entera? ¿Y si me ocurre algo…?- habla preocupada Virgie.
-          Me vengaría- dice Vin, a la vez que besa apasionadamente a la chica. Ella se ríe, y la canción acaba.

El reloj de la pared marca las 10:45. Vin se despide de Virgie con otro beso apasionado. Virgie, ya sola, sigue con el equipaje. Retira la televisión, la mesa donde comieron hace poco, las copas de una vidriera, los libros de una estantería. Virgie coge el reloj esférico, el último objeto que mete en la última caja. El aparato marca las 11: 30. Al quitarlo, se da cuenta que en la pared hay un cartucho de plástico. Extrañada, lo estira. Poco a poco va saliendo un hilo finísimo que recorre toda la casa y que acaba en una videocámara, escondida en uno de los zócalos del salón. Virgie empieza a asustarse: es un micrófono. Son las 11:35 de la noche. Se mueve inquieta. Se asoma a la ventana: su padre y sus dos compinches se dirigen hacia la casa. Nerviosa, se dirige al baño y coge un bote de pastillas. Empiezan a oírse estruendos.
-          Virgie, querida, soy tu padre. Abre la maldita puerta…- grita James.
Virgie no hace caso. Empieza a llorar.
-          Virgie, voy a derribar la puerta si no me abres…
Virgie empieza a engullir una por una todas las pastillas del bote.
-          ¡VIRGIE!- grita James. A fuera se oyen disparos. La puerta cede.
Virgie, muy débil, cae al suelo y las pastillas se esparcen por las baldosas, chocando contra todas las cajas de cartón.
La cámara de James lo está grabando todo. La escena acaba con las imágenes del aparato electrónico. En blanco y negro, vemos como James y sus secuaces irrumpen en la sala. James zarandea a su hija. Al no obtener respuesta, abraza a la joven. James empieza a gritar y a llorar. Uno de los mafiosos (Romain Duris) recorre toda la habitación. Cierra el micrófono y apaga la cámara. Zumbido a negro.


2.
Empieza a salir el sol. El hombre mayor (Niels Arestrup) abre la puerta principal de la chatarrería mientras Vin y Tartaja organizan la maleza. El hombre se dirige al despacho, se sirve café y tacha un día más en el calendario: estamos a 2 de diciembre de 2010.
Vin oye a lo lejos el ruido de una sirena de policía. Suelta los hierros. La máquina empieza a tragarse las varas de metal. Vin está asustado. En recepción, Mat (Mathieu Amalric), el policía que lo detuvo hace trece años, habla con el tío de Tartaja.
-          ¿Lo conoccces?- dice Tartaja, mientras carga la cinta de láminas pesadas.
-          Creo que sí.
-          Oye… tú, el de la barba- Mat, a lo lejos, ha visto a Vin. El abuelo gira la cabeza y Tartaja se queda quieto.
-          ¿Sí?- dice Vin, acercándose hacia el agente, temblando.
-          Tu cara me suena… ¿Nos conocemos de algo?- dice.
-          Diría que no…- responde Vin, simulando duda.
-          Estoy seguro que no lo ha visto en su vida, agente Mat. Lleva trabajando con nosotros desde hace tres años y nunca ha salido de la chatarrería. Es imposible que lo haya visto- sigue el propietario.
-          Seguro que lo confundo con otro. Bueno, aquí le dejo los trastos. Hasta otra…
-          Adiós- acaba el tío de Tartaja, mientras Mat se aleja.
-          Tartaja, deja esos hierros y apaga la máquina. No tenemos tiempo que perder. ¿Puedo hacerme cargo de todo lo que ha traído ese poli?- pregunta Vin.
-          Claro, es tu trabajo- responde el propietario, extrañado.
-          Vamos a la cabaña de Tartaja un momento. Ahora volvemos.
-          Pero… ¿qué ocurre?- grita el mayor, mientras Vin atraviesa el cementerio de coches y Tartaja, dócil, sigue sus pasos con curiosidad.
Por su parte, Mat se dirige con su coche camino a Marsella. Con un teléfono manos libres, Mat habla con un hombre
-          James: Vin ha vuelto…

Ya en la caseta, Vin empieza a sacar todos los objetos del saco del policía.
-          ¿Pero qué hacesss?- dice Tartaja, extrañado.
-          Esto nos servirá- dice Vin, sin hacer caso a nada y a nadie, mientras sostiene una cinta VHS. –Tartaja, ponla en el video.
-          ¿Pero para quuué quieres ver eso? Ya sabes que la mayyyorrría de lo que trrraen es pporno y vídeos casseros… Tengo los casetes de Uno de los nuestros, El paaadrino, El funeral, Reservoir Dogs…- propone Tartaja.
-          Ahora no quiero cine norteamericano. ¡Pon la cinta de una puta vez!
Tartaja mete la cinta en el vídeo viejo y empieza a rebobinar.
-          ¡Para!- dice Vin. Los dos están sentados en el sofá.
A partir de ese momento vemos las imágenes del vídeo casero. Alguien sostiene la cámara y graba lo que parece un salón. En él, James y sus dos hombres (Romain Duris y John Leguizamo) están contando billetes.
-          Sólo tenemos cien mil euros entre billetes y monedas. La poli nos ha cerrado el grifo- dice James, cabreado. El mafioso se enciende un cigarro.
-          La crisis económica afecta a todos. Yo tampoco podré cubriros por mucho tiempo. Están reestructurando la plantilla de la policía y seguramente…- habla Mat, que se sitúa en uno de los bordes de la mesa.
-          ¡Mierda, mierda, MIERDA!- grita James. Frunce el ceño. Mira a cámara. – ¡Édith, te he dicho que no me grabes con esa mierda!
-          Pero abuelo…-se oye la voz de una niña que no aparece en la televisión. Vin salta de la butaca emocionado. Tartaja no entiende nada. El vídeo sigue.
-          Tenemos que irnos. La policía no tardará en trincarnos. Cerramos el negocio. Quizás vayamos a Marbella, a Lyon o a algún sitio de estos. Chicos, haced las maletas ya. Mat: deshazte de todos los trastos de la casa. Ve a la chatarrería, tíralo al mar… haz lo quieras pero tíralo todo. No podemos dejar ningún rastro. Y tú Édith… te he dicho que no grabes… ¡Voy a tirar esa jodida cámara!- dice James, que se acerca al objetivo, coge la cámara y la estampa contra el suelo. Del impacto, la cinta se para…
Mientras,  en la televisión se ven unas líneas grises con toda la cinta no grabada. Vin se dirige hacia el final de la caseta. Tartaja se levanta. Vin sostiene una pistola.
-          ¿Pero qqqué está pasando, Vin? ¿Qué ocurre? ¿Quiénes son esos tipos? ¿Y la niñññña…?
-          Esa niña, Édith (Elle Fanning), es mi hija. Es una larga historia que ahora no puedo contarte, Tartaja. Creo que ha llegado el momento de que los dos volvamos a Marsella. Hay que matar a esos cabrones antes de que se las piren.
-          ¿Marsella? ¿Dónde?- sigue Tartaja.
-          ¿Has visto el mismo vídeo que yo, Tartaja? Vuelve a ponerlo y fíjate. Por la ventana se ven los mástiles de algunos barcos. Y esa brisa del mar… esa jodida brisa no la olvidaré jamás...
-          Ppppero yo no sé dónde ejtá…
-          Yo sí. Cerca del puerto. Y sé que no hay tiempo que perder. Tengo un pálpito: esa videocámara… es mía, Tartaja. La compré para… Virgie- Vin empieza a llorar. - Hace trece años empezó todo y ahora todo debe terminar. ¿Aún conservas esa videocámara vieja?- Vin se envalentona y se seca las lágrimas con el brazo.
-          Psssí…
-          ¿Y tienes cintas?
-          Clajo…
-          Pues escúchame: grábame ahora y luego te lo explicaré todo. Tenemos que huir. La chatarrería ya no es un sitio seguro…
Tartaja prepara cámara y vídeo. Vin mira al objetivo y empieza la escena con la se abría el prólogo:
-          Hola Édith… sé que no me conoces, pero debes escucharme muy atentamente. Pronto oirás ruidos en la planta inferior de tu casa. Si oyes disparos, no te asustes. Hazme caso. Por favor, Édith, es muy importante. Cierra la puerta del cuarto y no salgas bajo ningún concepto. Tampoco dejes entrar a nadie, ¿de acuerdo? Tengo muchas cosas que contarte, así que quédate aquí y mira la cinta. Éste será nuestro pequeño secreto… Mi historia, que también es tu historia, querida, empieza aquí…

La cámara salta. Ahora vemos a Mat y James, sentados en el mismo vehículo, a punto de entrar en la chatarrería. Empieza a hacerse de noche.
-          Ese hijo de puta ha tenido que volver justamente hoy…- refunfuña James mientras Mat, quien conduce, aparca el coche patrulla en la entrada de la chatarrería.
Dentro del edificio, los dos observan el patio de coches.
-          Mat, otra vez por aquí. ¿Qué…?- en ese instante, el tío de Tartaja calla. James lo dispara a quemarropa mientras Mat corre entre los coches. El sol ya ha desaparecido.
Mat y James empiezan a gritar el nombre de ‘Vin’ entre la maleza. Sólo reciben el eco de la noche. Mat encuentra la cabaña y los mafiosos entran sin dudarlo.
El final de la segunda parte culmina con las imágenes de la cámara de Tartaja. Aún abierta, en blanco y negro, vemos cómo James entra y empieza a disparar sin ton ni son cualquier objeto y rincón de la habitación. Mat le sigue. Ambos se encuentran en el centro del encuadre. Se giran. James mira a cámara. Ni rastro de Vin y Tartaja. La cámara marca: 2 de diciembre de 2010, 18 P.M. Fundido a negro.


EPÍLOGO

1.

El negro da paso a una habitación oscura. Peluches y lápices de colores presiden el suelo de lo que parece el dormitorio de una niña. Édith (Elle Fanning) está durmiendo, pero un golpe la despierta. Mira el despertador: pasan unos pocos minutos de medianoche. La joven viste un camisón fino y se destapa. Se pone las zapatillas y abre la puerta. Mira a lado y lado del pasillo, pero no ve a nadie. Los gritos persisten. Oye una música que conoce: Non, je ne regrette rien. Antes de cerrar la puerta, agacha la mirada. Allá, junto a su puerta, encima del parquet, encuentra una cinta de vídeo antigua. Se agacha y la coge con sumo sigilo. Se dirige hacia el salón, el mismo que habíamos visto anteriormente en el vídeo de la chatarrería. Aunque le pican los ojos del sueño, pronto se queda impactada: la cara de Vin aparece en la pantalla del televisor.
-          Hola Édith… sé que no me conoces, pero debes escucharme muy atentamente. Pronto oirás ruidos en la planta inferior de tu casa. Si oyes disparos, no te asustes. Hazme caso. Por favor, Édith, es muy importante. Cierra la puerta del cuarto y no salgas bajo ningún concepto. Tampoco dejes entrar a nadie, ¿de acuerdo? Tengo muchas cosas que contarte, así que quédate aquí y mira la cinta. Éste será nuestro pequeño secreto… Mi historia, que también es tu historia, querida, empieza aquí…

La niña obedece la voz del vídeo y cierra la puerta. Oímos a lo lejos la voz de Vin. Vemos el pasillo: Tartaja, escondido, empuña un arma y camina delicadamente hasta abajo. Se oye un disparo.

2.

Vin observa la fachada de la casa de James. Tartaja mira su reloj: son las once y media de la noche.
-          Tartaja, tú ve hacia el jardín e intenta trepar por los árboles. Yo me quedo en la entrada.
Tartaja asiente y se va corriendo con la cinta de vídeo escondido en su chaqueta de cuero.
Vin se arma de sangre fría. Observa la casa, que la cámara resigue al completo. Una casa unifamiliar, con un pequeño jardín en el margen derecho y un porche de madera. Se oye el movimiento de las olas del mar. Vin sube las escaleras del porche y sus zapatos dejan un ruido inquietante al crujir la madera. Toca el timbre. La cámara se queda fija. Uno de los mafiosos (John Leguizamo) abre la puerta, pero no la mosquitera que media entre la puerta y el exterior. Sin vacilar, Vin dispara al latino, que cae en cuestión de segundos al suelo. En un largo travelling, vemos cómo Vic, aprovechando el agujero que ha dejado el balazo, deshace la red de la mosquitera y entra. Recorre el largo pasillo, alza la vista oteando las plantas superiores. Completamente a oscuras, al final del pasillo, Vin ve lo que parece la puerta que da al garaje. La cámara sigue resiguiendo sus pasos. Toca lo que parece un interruptor. Dos hileras de fluorescentes iluminan el garaje, que está lleno de cajas de cartón, todas ellas repletas de objetos. El otro mafioso (Romain Duris), al otro lado de la habitación, lo espera con un machete en la mano. La cámara se mueve brusca, persiguiendo cada movimiento del forcejeo entre uno y otro. Al final, el mafioso cae al suelo dejando un grito de dolor y terror. Vin acaba la acción propinándole un balazo en la frente. Silencio.

A fuera, el coche de James y Mat estaciona justo delante de la casa. Vin se impacienta. Mira el garaje y encuentra un tocadiscos. Al lado, un entramado de teles, todas ellas enfocando una parte diferente de la casa. En una de las cámaras, ve a Tartaja caminando por el pasillo. En el salón, una niña en pijama viendo la televisión.  La puerta del párquing empieza abrirse.

La escena se desarrolla como el episodio de la primera parte. La puerta se abre lentamente. La cámara resta en un plano fijo, mientras poco a poco vemos al frente la silueta gorda de James, y a lo lejos Mat, más bajito. En el tocadiscos, empieza a sonar Non, je ne regrette rien.
-          ¿Te acuerdas de esta canción, James?- dice Vin, empuñando su arma.
-          Como si fuera ayer mismo- dice James, en tono serio.
-          Esta canción describe toda mi vida. Escucha la letra- Vin, irónico, cierra los ojos y baila la canción. - Yo tampoco me arrepiento de nada. He quemado mis ilusiones y mis tristezas… y ahora quiero empezar desde cero. Y para que eso sea posible, debes desaparecer. Tú y tu amiguito. Se lo prometí a Virgie…
Al acabar la canción, se oyen dos disparos. Uno, el de Vin, que impacta en la tripa de James. Y otro el de Tartaja que, después de bajar las escaleras, ha apuntado contra Mat.

Vin sube las escaleras y golpea la puerta del comedor. Empieza a sonar Non, je ne regrette rien. En un largo travelling final, vemos una imagen panorámica de todos los personajes mientras canta Édith Piaf. El tío de Tartaja, muerto entre la chatarra. Virgie, sin pulso, años atrás, en el suelo de su casa. Los dos mafiosos, uno en la puerta y otro en el rincón del garaje. Y finalmente James y Mat, tirados al suelo. La puerta del garaje está abierta y empiezan a sucederse los primeros rayos de luz. La playa se va llenando de gente. Amanece, y tanto la canción como la batería de imágenes acaban en el panel de teles de la casa. La cámara se acerca a una de ellas: la del salón.

Édith abre la puerta. Vin, lleno de sangre, empieza a llorar.
-          Hola Édith, soy tu padre…
En la televisión de la sala aparecen unas rayas grises: la niña ha visto toda la cinta. La casa se ilumina y Édith abraza a su padre. En ese momento, la canción deja sus últimas notas: ‘car me vie, car mes joies, aujourd’hui, ça commence avec toi’ (porque mi vida, mis alegrías, hoy empiezan contigo). Zumbido a negro. Aparecen los títulos de crédito.

FIN

FOR YOUR CONSIDERATION

-          Mejor actor protagonista: VINCENT CASSEL
-          Mejor actor secundario: TAHAR RAHIM y JAMES GANDOLFINI
-          Mejor actriz secundaria: VIRGINIE LEDOYEN
-          Mejor canción: NON, JE NE REGRETTE RIEN, de Édith Piaf
http://www.youtube.com/watch?v=jz18Wly0w6s (con la traducción en español de la canción: algo importante, porque la letra tiene sentido en el contexto de la historia).



DETALLES DE LA TRAMA:
-          Toda la película está hablada en francés, exceptuando los momentos en los que se insertan palabras en castellano e italiano.
-          Uno de los rasgos de Tartaja es su tartamudez. La repetición de vocales y consonantes de sus diálogos, por lo tanto, debe mantenerse.
-          La división de capítulos y partes no puede cambiarse.
-          La película no tiene banda sonora. Cada vez que suena la canción de Édith Piaf, en la pantalla aparecen sobreimpresos los subtítulos con la letra de la canción (es, al fin y al cabo, una protagonista más del relato).

Nota final al lector:
Un día estaba ordenando mis dvds y pensaba: tengo que deshacerme de las cintas VHS. Pensé que no las podía tirar a la basura y mi padre se desplazó hasta la chatarrería. Allí pensé: ¿y si alguien se dedicase a ver todo el material audiovisual que nosotros tiramos? Ese hombre debería tener un pasado oculto porque a nadie se le ocurriría vivir y trabajar en un sitio tan deprimente. Necesitaría la ayudaría de alguien. Y uno de esos vídeos tendría relación con el pasado del personaje. Todo surgió como una idea y una noche la historia se organizó completa y con sentido en mi cabeza. Al final la chatarrería se convirtió en un símbolo de lo que se tira, de la gente que vive al margen de todo y de todos porque la vida le ha dado muchos palos. Vin y Tartaja, en este sentido, viven fuera de la ciudad porque son ‘basura’, o al menos es lo que los demás creen que ellos son. Era importante que tanto Tartaja como Vin tuvieran un lado humano, frágil e inocente, pero que al final, por primera vez en sus vidas, fueran los protagonistas y héroes sangrientos de una historia de venganza, que también es una historia de amor, familia y lealtad. Y todo con la simbólica letra de Édith Piaf, algo más que una mera ambientación musical. Y el elemento de ‘la cámara que graba’, el ojo que todo lo ve, el testigo en cada una de las partes de lo que creo es un thriller masculino (en contraposición a Frozen, que era un thriller masculino). Ojalá les haya gustado.




9 Responses so far.

  1. Unknown says:

    A mi he gustado, desde luego. Lo mejor como siempre el desarrollo de los personajes (que no por ello sus diálogos) y la estructura narrativa. Excelente esto último, y genial poder utilizar esa magnífica canción como nexo de toda la historia.

  2. Otra gran historia; me ha encantado. Muy bien desarrollada y bien argumentada; destaco la construcción de los personajes y la edicion de las escenas. Solo un punto me ha quedado flojo en la trama, pero la releeré para asegurarme...
    Ah y qué hablar de la maravillosa cancion siempre sonando en el momento perfecto.

    Grande el personaje de Cassel y Galdonfini

  3. Me gustó mucho el diseño estructural de la obra, y los cuidados hacia las escenas y la descripción de estas... Un elenco muy bien elegido, destacando al protagonista Vincent Cassel y al seguro nominado como mejor actor de reparto Tahar Rahim...

    Felicidades Xavier!

  4. ME KEDE TOTALMENTE SORPRENDIO!!! excelente obra....cassel, rahim y gandolfini seran mui tomados en cuenta :DD

    saludos!!!!

  5. Concuerdo en que el armado de la obra es estupendo. La forma semi fraccionada de contar un antes y un después en la vida de Vin es atractivo y en definitiva colabora al suspenso del final. El reparto- sobretodo por Cassel y Gandolfini es excelente.

  6. Excelente, no puedo decir más! Me atrapo desde que la empeze a imaginar en mi cabeza! El desarrollo de los personajes es extraordinario. Los dialogos tambien me gustaron mucho. Tiene seguras varias nominaciones en este festival! En especial Actor! Felicidades!

  7. ArturO says:

    Xavier no decpciona, la obra es genial, un thriller en toda regla. Los actores estan geniales; excelente reparto, y la cancion sobre la k gira la obra no podria ser más perfecta en ella.
    Favorita desde ya...
    felicidades.

  8. Chauncey says:

    Xavi, como siempre, nos entregas una obra correctisima y muy buena.

    Mis mas sinceras felicitaciones

    CHAUNCEY WAS HERE

  9. Xavi, tal como nos tienes acostumbrados, tu obra está bien desarrollada, con personajes que se dejan visualizar. Me gusta la conjunción que has hecho entre dos temáticas que siempre han sido dignas de grandes obras: La mafia, y la familia. Sin embargo, el elemento soporte que en este caso son las cintas de video, creo que se quedan más como pretexto que como justificación.
    Auguro desde ahora nominación y posible premio para Tahar Rahim, el personaje que más me ha gustado, sin menospreciar a los demás, claro está. saludos!

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